La primera etiqueta energética de la Unión Europea se introdujo por primera vez en 1995. Se diseño para proporcionar información precisa, reconocible y comparable sobre el consumo de energía de los productos domésticos, y se considera uno de los motores del progreso tecnológico en los electrodomésticos. Es un requisito legal mostrar esta etiqueta en el aparato, en los puntos de venta y en cualquier sitio web.
Durante unos años han sufrido diferentes cambios y mejoras, todo ello según iban evolucionando los electrodomésticos. Inicialmente era frecuente ver consumos energéticos de la A a la G hasta los últimos años que nos hemos acostumbrado a las calificaciones A++ / A+++.
Hemos llegado a un punto en el que los electrodomésticos han evolucionado eficientemente de tal manera que la medición energética antigua quedo obsoleta, encontrándonos así certificaciones (A+++ -40% / A+++ – 60%) Por ello se ha renovado y ha dado lugar a una nueva etiqueta energética con nuevos criterios de medición.
¿Qué cambios observaremos?
El mayor cambio es que las áreas de clasificación de eficiencia actuales han sido reescaladas y revertidas a una simple escala A-G, sin plusses. A+++/A+ estos ya no existirán.

Otros cambios remarcables:
- Código QR, que se vincula a una base de datos, accediendo a las especificaciones del producto.
- El consumo de energía del modelo se coloca de forma más visible en el centro de la etiqueta.
- Clasificaciones de ruido de A-D para todos los productos.
- Cambios en los pictogramas. Algunos permanecen iguales mientras que otros son nuevos o han sido revisados para reflejar nuevos métodos de prueba o medición.

Esta actualización se vera reflejada en:
Es muy normal que al entregaros vuestro nuevo electrodoméstico, observéis que incluye dos etiquetas energéticas completamente diferentes, actualmente esta en vigor la que todos conocemos, la nueva medición entrara a partir del 1 de marzo de 2021.